
Los momentos difíciles, con incertidumbre, ambigüedad y cambios constantes y muy rápidos existen. Están presentes en nuestro día a día.
Nos causan agobio, estrés, cansancio, irritabilidad, ganas de desaparecer momentáneamente. Y, aunque esto en la mayoría de los casos no se puede hacer, si que hay soluciones alternativas.
Te propongo crear tu maleta de experiencias para estas situaciones. Ahora, en verano es un buen momento para ello.
Diseña experiencias, sola o acompañada, lo que prefieras.
Hazlo con todo detalle. Para ello, imprescindible que despiertes tus sentidos y te dejes llevar tu intuición.
Prepara experiencias como un té a solas en la terraza a primeras horas de la mañana en silencio, una caminata contigo, un baño, un encuentro con amigos o familiares donde sepas que habrá risas, juegos, bienestar, … la experiencia que tú quieras recordar en un futuro.
Cuando la tengas diseñada, ponle fecha y actúa.
Cuando estés en ella, de una forma muy muy intensa, …
- Mira
- Escucha
- Saborea
- Huele
- Toca
Registra en tu retina todo lo que percibas a través de tus sentidos, lo que sientas.
Después ponla con cuidado en tu maleta, en la bolsa que le corresponda: las categorías corren de tu cuenta. Algunos ejemplos: tranquilidad, alegría, silencio,… Cierra bien y listas para cuando la necesites.
Tienes todo un verano para diseñarlas y crearlas. Y toda una vida para disfrutarlas.
Utilízalas en esos momentos en los que ya todo te sobrepasa.
Estas experiencias, además de servir para romper una situación estresante, son un todo regalo para los sentidos en ese momento en el que estas pensando en diseñarlas y ponerlas en funcionamiento.
Seguimos hablando
