
Opinar, hacer juicios, comentar sobre los demás de forma gratuita, dando razones como que “ yo soy así de sincera” , “porque no me puedo callar ante esta situación” o “porque se lo tengo que decir para que no haga el ridículo con ese …” puede llevar a que la otra persona vea coartada su libertad de hacer lo que le de la real gana, de que no ponga en funcionamiento los talentos que ha recibido generosamente,…
¡vaya que viva la vida que quiere vivir!
Esto nos pasa en todos los ámbitos de nuestra vida y nos puede llevar a que vivamos desde el exterior al interior, sin tener en cuenta que estamos viviendo con los valores de las otras personas, con sus gustos, sus creencias, su experiencia de vida. Y resulta que todo eso no tiene NADA que ver nos con nosotras.
Además, cuando alguien se sale del tiesto y no atiende a los “consejos de los demás por su bien” empieza a sobresalir como “ella siempre hace lo que le da la gana”, “no le importa lo que digan de ella”, “ ¿has visto como va vestida con el cuerpo que tiene?”, “con lo mayor que es y mira lo que la vi haciendo…”
Y no se entiende que esa persona sabe cómo es y lo agradece, conoce qué experiencias de vida la han llevado hasta ahí. Y vive queriéndose, unos días más y otros menos, pero haciendo de su vida lo que quiere.
Libertad
Si te cuesta poner todo en su sitio. Aquí me tienes
Un achuchón muy fuerte
